El maní, cacahuate y cacahuete se considera un fruto seco por su composición nutricional, pero en realidad se trata de una legumbre muy apreciada en la gastronomía mundial.
Originario de las regiones tropicales de América del Sur, actualmente su cultivo se ha extendido ampliamente por regiones de África y Asia, donde se difundió con rapidez y pasó a ser un alimento básico en su dieta, parte de muchos platillos.
El maní contiene pocos carbohidratos y mucho más grasa que otras leguminosas; con una proteína mayor que en las demás legumbres e incluso que la carne animal, por lo que se considera un alimento excepcionalmente nutritivo. Además posee ácidos omega, vitaminas B y E, calcio, hierro, cobre, potasio, manganeso, selenio y zinc.
En general, se suele usar de la misma forma y en el mismo tipo de recetas que otros frutos secos, como las nueces, las avellanas o las almendras, ya que coincide con estos en el sabor y el perfil nutricional.
El consumo regular y moderado de maní es beneficioso para la salud, ayudando a prevenir enfermedades cardíacas y proporcionando sensación de saciedad y altas dosis de energía, por lo cual es recomendado para las personas en régimen de pérdida de peso.
Existen cientos de formas de comer maní tostado. Se puede consumir como fruto seco, salado, dulce, asado, cocido y en la preparación de platos de todo tipo. El maní tostado con cáscara es una de las maneras más frecuentes de consumirlo, ideal como aperitivo o tentempié.
¡Añade maní tostado a tu despensa a un práctico formato y acompaña tus platillos preferidos con este nutritivo ingrediente!
